Armonizar con la naturaleza es una premisa fundamental en la arquitectura, buscando que las construcciones sean una extensión del entorno y no elementos invasivos. Frank L. Wright, por ejemplo, sostenía que una casa no debería situarse sobre una colina, sino fundirse con ella. En la actualidad, esta integración cobra mayor relevancia, dada la creciente necesidad de gestionar los recursos y el anhelo de reconectar con el entorno. Además, esta relación contextual también se manifiesta a nivel sensorial, donde elementos visuales y táctiles se fusionan con el paisaje, creando una experiencia inmersiva a través de elementos arquitectónicos que se mimetizan con la naturaleza.
Algunos de estos espacios incluyen baños, patios (tanto interiores como exteriores) e incluso albercas, todos caracterizados por su inherente conexión con el agua y cuyos acabados, —dependiendo de la textura y el color— pueden lograr una mimesis visual y compositiva con el entorno. Un ejemplo de ello son la variedad de piedras que ofrece Sukabumi, materiales de baja absorción de agua, alta resistencia, fácil limpieza y antideslizantes. En sus combinaciones de diferentes tonos, tamaños y texturas, estas piedras se convierten en un potente recurso para crear atmósferas orgánicas y acogedoras a través de la materialidad.
Un ejemplo de esto son las albercas, que, al igual que otros elementos de la vivienda, pueden adaptarse a una gran variedad de condiciones de diseño, considerando factores como la orientación, las características del terreno y la vegetación circundante. Aunque pueden presentar diferentes formas y tamaños, conservan su identidad como cuerpos de agua artificiales que se integran armoniosamente en el entorno, contribuyendo tanto a la estética del espacio como a su funcionalidad recreativa. En este contexto, las piedras destacan por sus tonos verdes y negros —así como por sus combinaciones— que no solo aportan un claro valor visual, sino también cualidades técnicas propias de un material natural. Estas piedras no sólo fungen como revestimiento, sino que también le otorgan durabilidad e identidad, ayudando a que se funda con la naturaleza. Además, el uso de piedra natural en el diseño de espacios arquitectónicos desempeñan un papel clave en realzar el espacio circundante, a través de una gama de color que equilibra lo orgánico y lo contemporáneo.
Tonos verdes y grises que evocan la esencia de los materiales naturales
Así, dentro de la gama de los verdes y siendo un material de fuente natural, la piedra para recubrimiento es una cuarcita de alta dureza que se origina a partir de roca volcánica, cuyo principal componente es el cuarzo, derivado de las zeolitas. Esta constitución le confiere alta resistencia al envejecimiento, facilidad de limpieza y características antideslizantes. Además, al estar disponible en dos acabados y en una paleta de nueve tonos naturales, es posible explorar una variedad de aplicaciones estéticas, dado que al combinarse con los efectos visuales del agua o la densidades del follaje, destaca por sus tonos verdosos y azulados similares a las aguas de una laguna o a los matices de la vegetación tropical.
Otras variantes, como la piedra ocean blue, también derivada del cuarzo, se destacan por su patrón de ondas que evoca la apariencia de las olas del océano, presentando una amplia gama de tonos azules y verdes. Disponible en dos formatos cuadrados, esta piedra se caracteriza por su baja absorción de agua, lo que permite su instalación en fuentes y albercas, así como en pisos y muros, tanto exteriores como interiores.
En contraste, los tonos grises de la piedra black lava, un tipo de basalto, ofrecen una versatilidad notable en el diseño arquitectónico. Este material no solo puede complementar de manera efectiva otros elementos pétreos en tonalidades verdes, sino que también se destaca por su capacidad para realzar la estética de espacios mediante la incorporación de remates y escalones que aportan un toque de sofisticación. Cuando se utiliza de forma individual, la black lava puede transformar espacios en entornos de tonos profundos y oscuros, creando una atmósfera contemporánea y elegante. Su uso se extiende a áreas exteriores, especialmente aquellas en contacto directo con el agua, donde su resistencia y durabilidad se convierten en características clave.
Explorar los materiales in situ para inspirarse en el paisaje de Baja California
Es fundamental destacar que, aunque reconocemos la estética y el valor de las combinaciones de piedras naturales por sus aplicaciones comprobadas en entornos reales y documentadas en diversos proyectos, es clave experimentar de manera directa sus tonalidades, texturas y formatos en espacios que permitan una apreciación cercana. Este contacto directo facilita la valoración de cualidades como el color y la textura, además de permitir su comparación con otros elementos que enriquecen la atmósfera interior, como mallas de piedra natural, ovalines de piedra, madera petrificada e incluso lámparas de piedra de río. En este contexto, la reciente inauguración del showroom de Sukabumi en Los Cabos, Baja California, destaca la relación entre estos materiales y el entorno natural de la región, ubicado entre el Océano Pacífico y el Mar de Cortés. Esta conexión se refleja en los paisajes costeros particulares de la zona, que inspiran y potencian el uso de estas piedras en proyectos arquitectónicos contemporáneos.
De esta manera, tanto arquitectos, diseñadores y usuarios finales pueden experimentar de cerca las primeras propuestas conceptuales y materiales, convirtiendo el diseño de espacios arquitectónicos en una experiencia que da lugar a soluciones de estética versátil. Las diferentes tonalidades, formatos y texturas, que van desde superficies lisas hasta rugosas, permiten inspirar y explorar el potencial de personalización de las piedras naturales, creando nuevas composiciones y, posiblemente, extendiendo su uso a otros elementos de la vivienda. Por ejemplo, en un patio interior, las piedras pueden evocar las formaciones rocosas de las playas, mediante una materialidad honesta que respeta la esencia de los paisajes naturales, creando una conexión genuina con el entorno. Todo esto ocurre en un panorama en el que los materiales pétreos está recuperando terreno, en un contexto de creciente demanda de materiales ecológicos y naturales que no sacrifiquen ni el estilo ni la durabilidad.
Dada su versatilidad, es probable que sigamos viendo propuestas innovadoras que exploren nuevas posibilidades de diseño con este material, extendiéndose más allá de los usos que hoy podemos imaginar. Este enfoque podría incluir la creación de lavabos, bancas e incluso elementos decorativos que contribuyan a generar ambientes acogedores, bien integrados con su entorno. Al mismo tiempo, estas propuestas cumplirían con los requerimientos funcionales de cada proyecto, demostrando así que la piedra no solo es estética, sino también práctica y adaptable a diversas necesidades en el diseño interior y exterior.
Para conocer más sobre la variedad de piedras Sukabumi, consulte el catálogo de productos o visite su stand en Obra Blanca del 15 al 17 de octubre.
